En primer lugar, ponemos un bol encima de la tapa del Thermomix y pulsamos la balanza. Pesamos 200g de dátiles sin el hueso. Luego, rellenamos con agua caliente para que se hidraten, tienen que estar unos 15 minutos. Reservamos. 

En el vaso del Thermomix, ponemos las zanahorias, la manzana sin pepitas ni piel, los dátiles hidratados, los huevos y programamos 1 minuto a velocidad 5. 

Añadimos el zumo de naranja, el aceite y mezclamos 20 segundos a velocidad 4. 

Ahora, ponemos la harina integral de espelta, una cucharada de canela en polvo, un sobre de levadura química y mezclamos 20 segundos a velocidad 5. 

Precalentamos el horno a 180ºC. 

Mientras tanto en un molde desmontable, le ponemos en la base un papel de hornear. Luego, a los lados los pincelamos con una gotita de aceite, espolvoreamos con un poco de harina integral y echamos la mezcla en el molde. Le damos unos golpecitos suaves para que la masa se asiente y se salgan las burbujas de aire. 

Horneamos con el horno precalentado a 180ºC. 

Horneamos con el horno precalentado a 180ºC. Mientras tanto en un molde desmontable, le ponemos en la base un papel de hornear. Luego, a los lados los pincelamos con una gotita de aceite, espolvoreamos con un poco de harina integral y echamos la mezcla en el molde. Le damos unos golpecitos suaves para que la masa se asiente y se salgan las burbujas de aire. 

Horneamos con el horno precalentado a 180ºC. 

Aprovechamos para preparar el relleno.

Volvemos a repetir el paso 1 pero solo con los 100 g de dátiles restantes y dejamos reposar. 

Ponemos la calabaza en el cestillo del Thermomix, añadimos al vaso 300g de agua y programamos 20 minutos a temperatura 120ºC y velocidad 1.

Tiramos el agua del vaso y así ponemos dentro del vaso la calabaza, los dátiles hidratados, el aguacate y el cacao. Trituramos 20 segundos a velocidad 5-10.

Bajamos los restos hacia el fondo del vaso con la ayuda de la espátula. Volvemos a triturar hasta que queda una pasta suave sin grumos. Pasamos la mezcla a una manga pastelera con una boquilla rizada. Guardamos en el frigorífico. 

Sacamos el bizcocho del horno al cabo de unos 30 minutos. Importante vigilar cada horno y realizar la prueba del palillo para saber si la cocción está perfecta. 

Desmoldamos el bizcocho y, cuando esté totalmente frío, si se quiere se parte por la mitad con un cuchillo de sierra y con cuidado a no romperlo. 

Antes de separar los bizcochos poner dos palillos en cada parte, uno encima de otro, para así a la hora de volver a montar, coincidir los palillos y el bizcocho quede nivelado. 

Ponemos una fina capa de la crema entre las dos mitades del bizcocho. Y terminamos, esparciendo todo lo que queda del relleno por encima. 

Opcional: podemos decorar nuestro bizcocho con fresas o frutos rojos.